sábado, 17 de marzo de 2012

Fidel

Rodeas como el sol las colinas de la aldea
jamás ocultas el viento o las semillas temblorosas de la noche
los hombres se reúnen para oírte
tu voz es tan dulce como el primer aguardiente soñado de la tierra
y a pesar que soportas como el trigo los silencios y las calumnias de los días
sonríes cuando las sombras se esconden en la lluvia
o cuando los sueños no desatan tempestades o uvas en el fuego
por eso hablas con el pueblo
cantas con los niños
discutes con la hoguera
te enfrentas al mundo como un caballo salvaje por el cielo
el viento las flores las raíces te ofrecen sus moradas en el huerto
pero prefieres mirar al sol crecer
                                               como una naranja
en los patios alegres del colegio



Juan Cristóbal, peruano. Premio Nacional de Poesía, 1971.

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