martes, 10 de junio de 2008

Alguien me habló de Heraud…, de Rosa C. Báez

Simplemente, alguien mencionaba hoy al joven poeta peruano Javier Heraud, que junto a otro peruano, Alejandro Romualdo, al mexicano Efraín Huerta y al ecuatoriano Jorge Enrique Adoum, me ayudaron, en una triste etapa de amores desdeñados, a sobrevivir -de mano de sus versos-, a hacerme mejor persona, a crecer como ser humano y a afiliarme, decidida y definitivamente, a las huestes de la poesía y la utopía... años en que otro poeta, que en vez de declamar cantaba, me amarro definitivamente a la América Latina...

Hoy, alguien muy querido para mi mencionó a Heraud y retomé un pequeño cuaderno de la colección La Honda, de la siempre genial Casa de las Américas... cuadernos que han anclado en mi alma y me he negado a abandonar en medio de debacles, de tsunamis sentimentales o de acuciantes necesidades del bolsillo... y releí -rápidamente, de salto en salto de verso subrayado- los poemas de Javier Heraud... y me salió del alma esto que ahora les entrego...
Gracias, Perú, que no sólo me viste transitar -quién sabe en qué siglo- por Machu Picchu, si no que me regalaste hijos, hermanos, y tus poetas que se han grabado en mi corazón más fuertemente que las líneas de Nazca.

oo00oo

Alguien me habló de Heraud…

Hay libros que no deben abrirse
por que es como abrir una llaga en el costado.

Hay libros a los que uno regresa
y te atrapan
y te llevan
a aquel exacto instante en que,
por vez primera,
subrayaste algunos versos
que sentías como tuyos.

Hay libros, hay poetas, hay poemas…

¿Acaso no fui yo la que escribí
tempranamente,
hace hoy solamente 30 años,
"uno está siempre
compuesto
de un trozo de muerte y de
camino
y uno siempre es río,
o canto,
o lágrima cubierta
"

Alguien me hablaba hoy
de alguien sencillo,
de un poeta que cumplió su sino
-siempre se mueren jóvenes
los ángeles poetas-

Un joven que vivió y murió,
pero entre trino y trino
luchó e hizo poemas,
y amo a Cuba
como Cuba lo amó.

Alguien que conocí
en un pequeño libro
y en las tardes tristes de
un agosto de 1977
vivió conmigo,
durmió conmigo
secó mis lágrimas.

Las mismas lágrimas que hoy derramo
por el recuerdo de aquellas tardes
          y por que ahora sé
          qué es morir por la Patria
          y por la vida.

Gracias, Javier Heraud
que no tuviste miedo de morir
entre pájaros y árboles.

2 comentarios:

ROSA E OLIVIER dijo...

"Più giù, in fondo alla Tuscolana,
oltre Cinecittà, c'è un prato..."

Pasolini

!?...passavo per un saluto! Hasta siempre la vitoria...Viva Cuba!

http://elanavev.blogspot.com/

La Polilla Cubana dijo...

Hola Rosa mil gracias por pasar!