Gracias, por que por ti, como dijo otro amado de los dioses
“somos mucho más que dos”
Una vez un hombre
-O más bien
casi un proyecto de hombre-
Y la acunó en la cárcel
que formaban sus delgadas costillas.
Y voló la canción
escapando
enredándose luego
en las seis cuerdas de una guitarra.
Un hombre
que un día
imaginó que hacía
sólo una canción.
Y la cantó.
Entonces, la canción reclamó sus hermanas,
Y todas ellas
salieron a recorrer parajes
a navegar amores
a buscar unicornios
a encontrar causas y deshacer azares.
Y un día esa canción,
todas esas canciones,
formaron un jardín
y allí libaron colibríes,
crecieron flores en arribas
-y abajos-
en nortes, pero más en sures
crecieron en sonrisas y en risas,
en lágrimas
y hasta en algunas peleas
tempestuosas.
Y el hombre que soñara la canción
encontró en el jardín su casa
y supo que sin él, no habría jardín,
ni sonrisas, ni amantes
(ni alguno que otro niño concebido
con su voz como telón de fondo…)
Y gritamos entonces,
-más que cantar, gritamos-
que sin ti, poeta, cantor, aprendiz de toda brujería,
seríamos, no más, sencillamente,
que guijarros rodantes,
lejanos, separados, desconocidos
por caminos lejanos.
Ahora, por ti, Silvio Rodríguez,
Somos algo más importante:
Somos TROPEROS.
Rosa, Polilla y tropera
En diciembre 30 y 2008
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